Éste es el caso de Julia, una niña de 5 años de 3º de Educación Infantil, que desde la temprana edad de año y medio, pedía a su madre ser fallera.
¿ Y cómo puede ser eso posible ?
Pues, sencillamente, con el lenguaje de una niña muy pequeña.
Es así, cómo desde el carro de paseo y en época de Fallas, lloraba si no acudía su madre con ella, a la banda de música que sonaba en una calle cercana.
Al año siguiente, con dos años, señalaba los brillantes vestidos de las falleras y le decía a su madre a media lengua: “ Guta, guta”. ( Me gusta, me gusta ).
Con la edad de tres años, ya entendiéndosele un poco mejor, manifestaba que ella también quería vestirse de fallera.
Posteriormente, al año siguiente, con cuatro años, insistió en que deseaba vestirse, pero llevando músicos detrás, es decir, quería formar parte de un pasacalle fallero, con el estandarte de la Falla delante, a continuación las falleras, con sus Falleras Mayores del brazo de sus Presidentes, y al final, una completa banda de músicos. Por la televisión, vio en compañía de su madre, toda la Ofrenda de flores a la Virgen ( en total 6 horas ).
Y con cinco años, este año 2010, ya es fallera. Sus padres, para cumplir la ilusión de Julia, la han apuntado a la Falla de su compañera de clase Elena y se lo han pasado fenomenal.
Pero… ¡ ahí no acaba el espíritu fallero de Julia! Estas Fallas, a ratos ha tenido fiebre alta por un fuerte resfriado y ha resistido todos los actos importantes. Está claro que lleva la sangre fallera en las venas.
Julia, te deseamos disfrutes mucho de las fallas en compañía de tu amiga Elena este año y todos los que le sigan.
Un beso a las dos.
M. Carmen Beneyto (Publicado en el Buscapiés, periódico juvenil, en el año 2010)